domingo, 2 de diciembre de 2018

Cleaver. Cleaver. Chop. Chop. First the mom and then the pop.

Desde finales de los años 60 hasta principios de la década de los 80 se estrenaron una serie de películas que en la actualidad no son muy conocidas por el gran público, porque no forman parte de los clásicos de Hollywood, pero que tienen una gran legión de seguidores, que incluso las llegan a considerar obras de culto. Los géneros entre los que se mueven son el terror y la intriga, con un estilo que seguramente incomodara a los espectadores más tradicionales, en el que predominan traumas infantiles, el terror psicológico y la violencia explícita.

Como primeros antecedentes se podrían destacar un par de producciones británicas, la primera sobre  los crímenes de un fotógrafo psicópata, y la segunda sobre un adolescente agresivo con trastorno de personalidad, de la cual salió el famoso y pegadizo silbido de Elle Driver en Kill Bill. Por otro lado, no se puede dejar de recordar una curiosa interpretación del mítico Boris Karloff en el que fue uno de sus últimos papeles en la gran pantalla.
  • El fotógrafo del pánico (Peeping Tom, 1960, Michael Powell)
Peeping Tom

  • Nervios rotos (Twisted nerve, 1968, Roy Boulting)
Twisted nerve